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Con una sonrisa abierta, amabilidad y excelente portugués, Tancred Bastrup-Birk tiene un compromiso fijo dos veces por semana con jóvenes de 14 a 18 años en la Asociación Prover, en São Cristóvão, zona norte de Río de Janeiro. Nacido en Londres, Reino Unido, Tancred dedica casi 6 horas por semana a su trabajo como educador voluntario en la ONG asociada a Recode, guiando a su segunda clase en cursos de tecnología para empoderamiento digital. «Es un sentimiento muy bueno. Es gratificante saber que puedo ayudar a continuar los estudios de jóvenes que quieren seguir aprendiendo», dice.

El extranjero ya se siente muy cómodo aquí y encontró en la asociación con Recode la oportunidad de cumplir un sueño: hacer una pausa en el ritmo acelerado de trabajo como gestor de proyectos en el área de tecnología en Inglaterra para un período sabático en busca de otro tipo de realización. Tancred conoció Brasil en 2014, cuando fue voluntario por primera vez en los Juegos Olímpicos de Río. «Me encantó el evento, la ciudad y los cariocas», dice. De vuelta a casa, se enteró del trabajo realizado por Recode y comenzó a planear su experiencia actual.

Al contactar a Marleide Lopes, asistente social de la organización, descubrió que la ONG Prover no tenía clases de tecnología después de la partida del educador social. Luego, hizo 3 semanas de cursos y profundizó en la metodología de Recode para poder motivar a los jóvenes en el aula. La mayoría de ellos vive en comunidades cercanas, como Tuiuti, Mangueira y Barreira do Vasco, y por primera vez conviven con un profesor interesado en saber qué desean para el futuro.

«Esto es muy diferente a lo que están acostumbrados. Les hago preguntas para que piensen en proyectos de vida, prioridades. Se involucran en la dinámica y tienen excelentes ideas, y descubren los recursos que necesitan para tener oportunidades en el mercado laboral, estudiar o emprender», celebra Tancred, quien ya ha visto a dos exalumnos ser contratados como Jóvenes Aprendices.

Leticia Vieira, de 18 años y embarazada de 6 meses de su primera hija, encontró estímulo del educador para seguir estudiando. Sin una computadora en casa, en las clases aprendió nociones de paquete Office y se interesó en hacer nuevos cursos en el área de tecnología. Además, con Tancred, también aprendió un poco más sobre Europa. «Se preocupó por nosotros y nos dio atención. Eso es genial», dice Leticia, quien ahora se siente más preparada para trabajar en el área administrativa y en la tienda de su novio después del nacimiento del bebé.

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