Ni siquiera la violencia diaria del barrio donde vivía en Río de Janeiro impidió al filósofo Wellington Miranda alcanzar el sueño de una nueva carrera profesional. A los 28 años, el joven superó las dificultades de acceso a Internet, impuestas por acciones de delincuentes de la región en la que vivía, para completar con éxito Recode Pro y conseguir un trabajo en una empresa de tecnología.

Para entender el cambio brusco en su carrera, es necesario retroceder en el tiempo. Wellington nació en Belém, Pará, pero llegó a Niterói, Río de Janeiro, cuando era niño, donde su madre buscaba ofrecerle un futuro mejor a su hijo. En la adolescencia, se mudó a Praça Seca, en la Zona Oeste de Río, comenzando a trabajar como aprendiz a los 15 años.

Cuando ya se había graduado en filosofía, surgió un nuevo deseo: buscar una carrera en tecnología. Con esta idea en mente, comenzó a buscar cursos en línea, llegando a Recode Pro, que tenía inscripciones abiertas para las cohortes de 2020, que formarían a nuevos programadores. Hasta que, leyendo sobre el proyecto en el sitio web, se encontró con el testimonio de una amiga que había participado en la edición anterior: «Hablé con ella y al escuchar esa experiencia, descubrí en qué enfocarme en ese año tan difícil», destaca.

A través de un proceso de selección con más de 10 mil participantes, que involucraba la realización de dos cursos virtuales, un hackathon y una entrevista individual, el filósofo fue superando cada barrera y logró ser seleccionado para el proyecto. Pero las dificultades no se detuvieron allí. Debido a un enfrentamiento entre el crimen organizado, el joven experimentó problemas de acceso a internet, ya que el constante robo de cables y los intentos ilegales de imponer proveedores de baja calidad le impedían estar conectado.

«Aislados de las calles, aislados de las redes, ¿qué sería de mi pueblo si no aprendiéramos a (re)existir? En los primeros meses, iba a casa de vecinos y amigos que me acogían todos los días por la mañana. Luego, invertí en un paquete de internet 3G hasta el final del curso. Un amigo pagaba un mes, mientras que otra amiga me dio un teléfono moderno para enrutar la red», cuenta Wellington.


Y todo el esfuerzo tuvo su recompensa. Además de graduarse como programador, Wellington participó en la feria de talentos promovida por Recode y llamó la atención de Shell. Ahora, viviendo en Taquaruçu, Tocantins, está trabajando como analista de datos en el área financiera.

«No creo en el mérito individual. Mi victoria refleja la lucha colectiva del pueblo negro. Represento a Wilsiane, Denise, Martina, Luiz, Lara, Victória, Lucas y muchos otros que me desean lo mejor. No es que esto sea realmente una victoria, represento al 3% de las personas en situación de vulnerabilidad y soy consciente de ello. Mi lucha es para que el otro 97% tenga derecho a una existencia digna y no violenta», concluye.

Mira el video con la historia de Wellington: