Cuando se mira a Cecilia Ramalho, se ve a una mujer fuerte, empoderada y determinada a tener una carrera exitosa como delegada de policía. Lo que no todo el mundo podría imaginar es que, detrás de tanto talento, hay una historia impactante de lucha y superación a través de la música y la tecnología.

Aunque nació en Alagoas, es imposible no llamar a la joven carioca. Con solo 21 días, vino a Río de Janeiro y, desde entonces, vive en el barrio de São Cristóvão, en la Zona Norte. Lo que la familia no esperaba es que, nueve meses después, aún siendo un bebé, Cecilia ganaría una nueva figura materna. Fue la tía Valdelice quien abrazó a la niña y asumió ese papel, después de que la madre biológica se fuera de casa.

Con una relación muy transparente con los padres adoptivos desde pequeña, la joven jugaba, estudiaba y siempre demostraba mucha curiosidad y ganas de aprender. Así, motivada a hacer nuevos amigos, comenzó a frecuentar proyectos sociales en el barrio.

El tiempo pasó, llegó la adolescencia y, con ella, la voluntad de crecer antes de tiempo. A pesar de ser menor de edad, sentía un deseo inmenso de empezar a trabajar y ayudar a pagar las cuentas de la casa, que apretaban cada vez más. Sin embargo, la niña no conseguía encontrar una actividad adecuada y chocaba con la inmadurez cuando llegaba a entrevistas para plazas de joven aprendiz.

Hasta que, en 2018, surgió Prover, una organización social con el proyecto de transformar vidas de residentes de la región a través del arte, el conocimiento y la educación. Cecilia comenzó a tomar clases de violín y poco después, ya estaba actuando como voluntaria en el lugar.

A pesar de su amor por la música, la necesidad de encontrar trabajo se volvió aún más evidente. Fue entonces cuando apareció Recode que, en asociación con la ONG, comenzó a ofrecer cursos de tecnología y capacitación profesional.

«Decidí cambiar mi camino allí. Me inscribí en los cursos de Recode y hice todos los módulos posibles. Aprendí no solo a trabajar con computadoras, sino también a prepararme mejor para el mercado laboral. Estudié desde la construcción de currículums hasta cómo comunicarme y presentarme en entrevistas de trabajo», dijo Cecilia.

Ese esfuerzo pronto dio sus frutos. Poco después, Cecilia se presentó a una nueva entrevista. Esta vez, estaba lista para el desafío, y el resultado fue lo que había deseado durante mucho tiempo: fue aprobada para trabajar como promotora de ventas en una universidad de Río.

Y eso no fue todo. También ganó una beca para estudiar derecho. «Fue un cuento de hadas que se hizo realidad. Ahora puedo trabajar sin abandonar mis estudios. Espero convertirme algún día en una delegada de policía», suspira la joven.

Todavía queda un largo camino por recorrer para Cecilia Ramalho. Sin embargo, la historia de resiliencia de la joven deja en claro que un futuro brillante la espera.