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Cada vez que la servidora pública Renata Cruz, de 28 años, pensaba en cambiar de carrera, se presentaban varios obstáculos por delante. Además de la estabilidad del empleo en São Paulo, la necesidad de cuidar de su hija de solo tres años, acababa hablando más fuerte.

Conforme el tiempo pasaba, se hacía cada vez más difícil mantener esa rutina. Una crisis profesional terminó apoderándose de su vida. En ese momento, había tomado una decisión: «necesito hacer algo nuevo», pensó.

A partir de ahí, Renata comenzó a mapear diferentes profesiones y a analizar cómo estaba el mercado. Hasta que, de tanto buscar, la joven encontró la oportunidad adecuada. A través de un grupo en Facebook, vio que un programa de Recode, Recode Pro, que formaba nuevos programadores, estaba disponible de forma gratuita. Participó en el proceso de selección, fue aprobada y, con la ayuda de su familia, inició las clases.

«El curso era en Osasco, donde vivo, con un horario compatible con mi trabajo. Fue un matrimonio perfecto. Mi madre también fue una pieza fundamental. Ella cuidó de mi hija para que pudiera estudiar», destaca.

Y todo el esfuerzo valió la pena. Después de graduarse en desarrollo full stack, llegó una vacante de trabajo en el banco Itaú, socio de Recode en Recode Pro. El sueño se hizo realidad: una nueva profesión comenzaba allí.

«Recode Pro cambió totalmente mi vida. Nunca imaginé trabajar en una empresa con una estructura así. Hoy puedo ofrecer una calidad de vida y una educación de calidad a mi hija», celebra.

Varias mujeres piensan en cambiar la trayectoria profesional, sin embargo, se topan con dificultades rutinarias de quienes tienen dos o hasta tres jornadas diarias. La historia de Renata Cruz, sin embargo, muestra que, con perseverancia, surgen oportunidades y se alcanzan objetivos.

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