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La vida del carioca Raphael Silva no ha sido fácil. Si no bastaran las dificultades diarias habituales de quien vive en situación de vulnerabilidad social en Río de Janeiro, el destino puso a prueba los límites del joven de 23 años. Sin embargo, quien piense que la amputación de una de sus manos y la pérdida de su madre y su tía por sospecha de coronavirus acabarían con el sueño de convertirse en un gran profesional de la tecnología, tendrá que pensar de nuevo después de leer esta historia.

Nacido y criado en la comunidad Quitanda, en Costa Barros, en la zona norte de Río, Raphael comenzó a trabajar muy temprano. A los 16 años, ya trabajaba como aprendiz en funciones administrativas. Siempre muy responsable, buscaba adquirir el máximo de conocimiento para evolucionar y ayudar a su familia.

«Nunca dejé de trabajar. Hice de todo. Ya fui asistente de servicios generales, portero y, de manera informal, incluso técnico de informática», cuenta el joven.

Sin embargo, la trayectoria que había ido creciendo año tras año sufrió un grave revés después de cumplir los 21 años. En el momento en que trabajaba como cerrajero, sufrió un grave accidente recibiendo una fuerte descarga eléctrica que le provocaría la amputación de la mano derecha.

Pero aún así, no se rindió. El joven, que ya había conocido a Recode al ofrecerse como voluntario para enseñar informática a otros residentes de su comunidad, se enteró de que la organización estaba ofreciendo el curso Recode Pro de desarrollador full stack. No tuvo dudas: era la oportunidad de convertirse en el programador que tanto quería.

«¡La experiencia fue increíble! Las tecnologías y los lenguajes que aprendí fueron esenciales. Y diría más: el aprendizaje y el desarrollo de nuestras habilidades socioemocionales fueron maravillosos. Y todo sin costo para mí», celebra.

Raphael tendría aún otra superación que enfrentar. Después de completar el curso y buscar empleo, su madre y su tía se enfermaron. Ambas, que eran tan cercanas y fundamentales para educarlo en el camino de la honestidad, fallecieron este año con sospecha de coronavirus. Sin embargo, una vez más, el joven demostró su resiliencia. Con aún más determinación para honrar a su familia, buscó y fue contratado para trabajar con tecnología en Banco Itaú, socio de Recode en el proyecto.

«Aunque mi familia esté incompleta, mi madre y mi tía siguen siendo mi motivación para despertar y luchar por mis sueños. Ingresar a Itaú llena mi corazón de esperanza. Es una gran oportunidad. Esta conquista es nuestra», celebra.

De esta manera, con habilidad y paciencia, Raphael Silva superó cada obstáculo que apareció en su camino. Ahora tendrá la tranquilidad necesaria para iniciar la carrera que tanto soñó y así inspirar a otros jóvenes que, como él, merecen un futuro brillante.

Vea el video de Raphael: