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La infancia en la zona rural de la pequeña ciudad de Espigão do Oeste, en el interior de Rondônia, no alejó en Bruno Cabral, de 28 años, el fascinio por la tecnología. El interés en computadoras y dispositivos electrónicos hizo que siempre soñara con trabajar en informática.

Mientras estudiaba y planeaba el examen de ingreso a la carrera de informática, el joven siempre encontraba tiempo para ayudar a los más necesitados. Movilizado por una organización local, apoyaba a familias necesitadas y distribuía alimentos para personas sin hogar.

Cuando cumplió 19 años, surgió una oportunidad que provocó un aplazamiento en su carrera en tecnología: mudarse a Río de Janeiro para ayudar a personas en situación de vulnerabilidad social.

Bruno comenzó a trabajar en una ONG que trabaja con adictos. Al enfrentarse a hombres y mujeres que estaban perdiendo la vida debido a la adicción, sintió que necesitaba marcar la diferencia y ayudar a transformar el destino de estas personas. El camino elegido fue el trabajo misionero. Se graduó en teología y se convirtió en gerente de una de las unidades de la organización.

Bruno Cabral formó parte de la clase de 2019 del Recode Pro en Río de Janeiro
El tiempo pasó y, casi diez años después, se dio cuenta de que había llegado el momento de perseguir aquel sueño que había dejado en el Norte. Por su cuenta, comenzó a estudiar programación a través de videos en internet. En uno de ellos, del profesor Gustavo Guanabara, vio que Recode ofrecía una formación de desarrollador. «Acepté el desafío y me dediqué al máximo para pasar en el proceso de selección de Recode Pro. Cuando fui aprobado, di lo mejor de mí para absorber todas las lecciones», cuenta Bruno.

A lo largo de las clases, el rondoniense aprendió mucho más que códigos. Él y sus compañeros pudieron observar la importancia del trabajo en equipo y cómo resolver problemas cotidianos, además de técnicas sobre cómo comportarse en entrevistas y en el mundo corporativo. «Las clases me hicieron entender quién realmente me estaba convirtiendo: un desarrollador. La tecnología es lo más efectivo que existe para ayudar a las personas y transformar el mundo. Es un verdadero superpoder», destaca el joven.

Actualmente, Bruno trabaja en el banco Itaú, un trabajo que consiguió después de participar en una feria de talentos organizada por Recode. Aun así, todavía quiere seguir desarrollando habilidades para poder revertir todo el conocimiento adquirido en más beneficios para la sociedad. «Cuando alcance un nivel aún más alto en programación, quiero crear una ONG que reclute voluntarios y ayude a organizaciones que no tienen muchos recursos a través de la tecnología», concluye.

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